Diccionario panhispánico de dudas
2.ª edición (versión provisional)1. Como adjetivo, significa 'abundante' y, como ocurre con la mayoría de los cuantificadores indefinidos, va antepuesto al sustantivo, con el que debe concordar en género y número: «Había tragado mucha agua» (CBonald Noche [Esp. 1981]); «En muchos niños la enfermedad desaparece cuando crecen» (Familia [Ec.] 14.4.2003). Debe evitarse el empleo de la forma masculina mucho ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica (→ el, 2.2): ⊗mucho hambre. Puede funcionar como pronombre, y en ese caso se refiere a seres ya mencionados o consabidos: «Estuve llamando a todas las mujeres que conocía en París. No eran muchas, la verdad» (Bryce Vida [Perú 1981]); «No había mucho que comer» (Hernández Malditos [Esp. 1995]).
2. La forma mucho funciona también como adverbio, con el significado de 'abundantemente o intensamente': «Platicamos mucho y nos reímos mucho» (Vargas Pasado [Esp. 2002]). En esta función, toma la forma apocopada muy cuando precede a un adjetivo o a un adverbio (→ 3), salvo que se trate de los comparativos mejor, peor, mayor, menor, más, menos, antes o después, casos en que, en la lengua culta actual, mucho conserva su forma plena: «Salió el sol de nuevo, pero ya muy rojo y semioculto» (Barnet Gallego [Cuba 1981]); «Él estaba en el poder muy en contra de sus deseos» (Caretas [Perú] 14.11.1996); pero «Tú estás mucho peor que yo» (Obligado Salsa [Arg. 2002]); «Su carrera se había iniciado mucho antes» (Clarín [Arg.] 21.10.1987). En la lengua medieval y clásica era normal combinar muy con los comparativos antes citados: «Que si es mala la salida, / es muy peor la tornada» (Cervantes Numancia [Esp. c1581]); «Partió muy antes que yo» (SFigueroa Pasajero [Esp. 1617]); pero la lengua culta actual rechaza este uso, que hoy solo se da en textos escritos, con intención arcaizante, o en la lengua rural o popular.
3. La forma apocopada muy se antepone a los adjetivos y adverbios para construir el grado superlativo: muy grave, muy cerca. La estructura resultante es equivalente del superlativo formado mediante la adición del sufijo -ísimo al adjetivo o adverbio: gravísimo, cerquísima. No se admite en la lengua culta actual, salvo con intención humorística o expresiva, el uso conjunto de ambos procedimientos (⊗muy gravísimo, ⊗muy cerquísima): ⊗«Eso dijo la Mary, con muy poquísimo respeto» (Mendicutti Palomo [Esp. 1991]).
4. mucho más, mucho menos + sustantivo.
En este caso mucho es adjetivo y debe concordar con el sustantivo en género y número: «Necesitan muchas más cosas [= muchas cosas más]» (CBonald Noche [Esp. 1981]); no es correcto, pues, usarlo como invariable: ⊗«Aparentaba mucho más edad de la que en realidad tenía» (NProvincia [Arg.] 8.4.1997); debió decirse mucha más edad.
5. mucho mayor, mucho menor + sustantivo.
En este caso, mucho modifica en realidad a los adjetivos comparativos mayor o menor, por lo que es adverbio y debería, en rigor, permanecer invariable: «Se recuperan con mucho mayor facilidad» (Rausch/Bay Anorexia [Arg. 1990]); «Vas a tener que conformarte con algo de mucho menor calidad» (Donoso Elefantes [Chile 1995]); no obstante, quizá por influjo de la construcción anterior (→ 4), lo normal hoy es que mucho concuerde en género y número con el sustantivo: «Los cambios se registran a mucha mayor velocidad» (Tiempo [Col.] 19.5.1997); «Casi todas las plantas con hojas de colores requieren espacios o ambientes con mucha mayor iluminación» (Marsigno Jardinería [Arg. 1991]). La concordancia no se produce nunca cuando el sustantivo va antepuesto: «Esta generó una inestabilidad mucho mayor» (País [Col.] 12.11.1997); no se dice *una inestabilidad mucha mayor.
6. mucho muy. → 7.
7. muy mucho.
El adverbio mucho también se apocopa ante sí mismo, dando lugar a la expresión adverbial enfática de valor superlativo muy mucho, que significa 'muchísimo': «Emprendí el segundo viaje cuidándome muy mucho de mantener la llama del velón a una distancia precisa de mi rostro» (Díaz Piel [Cuba 1996]). Esta expresión se usa solo como modificador verbal y no se emplea, por tanto, antepuesta a adjetivos o adverbios: *muy mucho guapa o *muy mucho lejos no son construcciones posibles por la misma razón por la que no se dice *muchísimo guapa o *muchísimo lejos. Únicamente en México, en la lengua oral, se emplea ante adjetivos o adverbios una construcción enfática similar, con los mismos elementos, pero en orden inverso (mucho muy): «La Asamblea fue mucho muy positiva» (Proceso [Méx.] 29.9.1996). Resulta anómalo, en esta construcción mexicana, el uso no apocopado de mucho ante el también adverbio muy, por lo que, si se desea enfatizar la estructura superlativa «muy + adjetivo o adverbio», es preferible duplicar la forma apocopada: «Sandra llevaba el pelo muy muy corto» (Bryce Vida [Perú 1981]); «El olor a rosas que su cuerpo despedía había llegado muy, muy lejos» (Esquivel Agua [Méx. 1989]).
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
Diccionario panhispánico de dudas (DPD) [en línea], https://www.rae.es/dpd/mucho, 2.ª edición (versión provisional). [Consulta: 29/03/2024].