Diccionario panhispánico de dudas

1. Interjección para llamar la atención de alguien: «¡Eh, vos! ―gritó―, ¿la señorita Amelia está ahí?» (Heker Crueldad [Arg. 2001]); o para expresar sorpresa, advertencia o disgusto: «¡Eh, es un jefe indio!» (Casavella Juegos [Esp. 2002]); «―Trae. Dame eso. ―Eh, tranquilo, colega, que las madres son sagradas» (Pedrero Cachorros [Esp. 2001]). Comparte estos usos con la interjección hey o ey (→ hey). En cambio, eh no es intercambiable con aquella cuando se usa pospuesta, como apéndice confirmativo, para reforzar o, a veces, atenuar una advertencia, un mandato o una aseveración, o para pedir el asentimiento del interlocutor: «¿Estás mareada? No me vayas a vomitar aquí arriba, ¿eh?» (Majfud Reina [Ur. 2001]); «Voy a por el chico. Y pórtate bien con él, ¿eh?» (Pedrero Cachorros [Esp. 2001]); «Esperaremos unos dos meses y entonces decidimos, ¿eh?» (Rubio Ángeles [Méx. 2001]); ni cuando expresa duda o titubeo: «―¡Bueno… Yo…, eh… ―dije al fin torpemente, y ella sonrió satisfecha de mi titubeo» (Bondy Viaje [Hon. 2001]); ni cuando indica que no se ha entendido al interlocutor y se necesita que este repita o aclare lo que ha dicho: «―Diría que es el símbolo que representa el número áureo. ―¿Eh? ―Sí, coño, la proporción áurea, el número de oro» (Palomares No [Esp. 2019]).