Diccionario panhispánico de dudas

2.ª edición (versión provisional)
cuyo -ya

1. Determinante relativo posesivo ―con rasgos de género y número: cuyo(s), cuya(s)―, que, por ser átono, debe escribirse sin tilde, a diferencia del interrogativo cúyo (→ cúyo -ya). Se construye siempre con un antecedente explícito, que expresa el poseedor, y se antepone al sustantivo que denota lo poseído, con el que concuerda en género y número (en los ejemplos, cuando sea necesario, se destaca en versalita el antecedente): «Se asomó a una ventana a través de cuyos cristales se podía ver la televisión» (Marsillach Ático [Esp. 1995]); «Espero que esa fidelidad alcance no solo a mis descendientes, sino a todos aquellos en cuyas manos pudiera caer» (Larreta Volavérunt [Ur. 1980]). Cuando precede a varios sustantivos coordinados, solo concuerda con el primero (→ concordancia, 3.1): «Había acudido a él […], cuya juventud y talante le iban a permitir mangonearlo a su antojo» (Regás Azul [Esp. 1994]); y no ⊗‍cuyos juventud y talante; no obstante, especialmente si se trata de sustantivos referidos a entidades distintas, lo más adecuado es que cada uno lleve su propio determinante (→ concordancia, 3.1): «Destaca la soledad íntima del niño que obedece […] a su situación familiar de hijo ilegítimo cuya abuela y cuyos hermanos tratan con frialdad» (Acevedo Discurso [P. Rico 2002]); «Se trataba […] de alguien que había vivido en su misma casa, cuya voz y cuyos gestos recordaba» (Ovejero Nunca [Esp. 2007]).

1.1. El relativo cuyo puede expresar el mismo tipo de nociones semánticas que el posesivo, las cuales no se limitan a la idea de posesión o pertenencia; así, es válido el empleo de cuyo en todos aquellos casos en que podría usarse un posesivo en sustitución de un complemento nominal con de: las consecuencias del terremoto / sus consecuencias / el terremoto cuyas consecuencias; la aprobación del plan / su aprobación / el plan cuya aprobación; el fin de las negociaciones / su fin / las negociaciones cuyo fin; por causa de la crisis / por su causa / la crisis por cuya causa, etc.

1.2. En el español actual, el relativo cuyo tiene normalmente solo rasgos de tercera persona. Su uso con antecedentes de primera o de segunda persona (yo, , nosotros/as o vosotros/as), normal en otras épocas, solo se documenta hoy ocasionalmente:«Me extraña que tú también hayas perdido la razón, tú, entre cuyos antepasados se encuentran los primeros habitantes de esta región» (Aridjis Comedia [Méx. 1989]); «A nosotros cuyo único delito es ser inofensivos, se nos trata con crueldad» (Padilla Teatro [Guat. 2003]); «Perdonadme todos, y especialmente tú, Jacinto, a cuya valoración me uno como el que más y de principio a fin, lo sabes» (Naveros Calor [Esp. 2001]).

1.3. Este relativo es poco usado en registros informales y conversacionales, donde suele preferirse el uso del relativo que combinado con un verbo de posesión: Se casó con la chica que tiene un padre catedrático (en lugar de cuyo padre es catedrático). Incluso en la lengua escrita es frecuente, aunque menos elegante, el uso de otras posibilidades, como su sustitución por las estructuras equivalentes con del que o del cual: Esta sinfonía, de la que / de la cual acabamos de escuchar la versión más famosa, es una de las cumbres de la música clásica (en lugar de cuya versión más famosa acabamos de escuchar); Desde allí se admira la fachada en el centro de la cual está situado el escudo (en lugar de en cuyo centro está situado el escudo). Deben evitarse en el habla culta otras soluciones, como el empleo del relativo que seguido del posesivo su o del artículo: ⊗‍Ayer te llamó la chica que su padre es médico; ⊗‍Me gusta el árbol que la flor es blanca. No es infrecuente, aunque no resulta recomendable, la construcción en la que el grupo relativo encabezado por del que/cual es luego reproducido por el posesivo su dentro de la misma subordinada: «Ya no había puerta, esquina, plaza o fortaleza de la cual no conociera su historia» (Benítez Mujer [Cuba 2001]); mejor cuya historia no conociera.

1.4. En la lengua clásica era normal el uso del relativo cuyo con antecedentes muy alejados: «La primera [diligencia] que se hizo fue visitar la casa de don Carlos, que, descuidado de suceso tan triste para él, estaba durmiendo en su cama, cuyo sueño saltearon los ministros de Justicia» (Zayas Novelas [Esp. 1637]); también con antecedentes oracionales o difusos, como equivalente de de lo cual: «Mi señora la duquesa le despidió, de cuyo pesar ['del pesar de lo cual'] sin duda alguna tengo para mí que se le causó el mal de la muerte» (Cervantes Quijote [Esp. 1615]). Hoy no resultan aceptables esos usos y otros similares, habituales en el lenguaje jurídico-administrativo, en los que cuyo precede a sustantivos como causa, circunstancia, efecto, fin, objeto, motivo u otros similares que aluden a contenidos oracionales: ⊗‍«Fue muerto anoche en un paraje de esta ciudad, de cuyo hecho se acusa a varios jóvenes del lugar» (Nacional [R. Dom.] 3.4.2012); ⊗‍«Mi escrito de alegaciones no había tenido acceso al expediente, por cuyo motivo la sala octava había fallado sin conocer los motivos de mi apelación» (Vanguardia [Esp.] 18.8.1994); lo adecuado es decir hecho del cual, motivo por el cual (→ cual, 2.1), o sustituir cuyo por demostrativos como tal, este o ese, precedidos, si es necesario, de la conjunción y: y de ese hecho se acusa…, por tal motivo la sala… En la lengua actual ha quedado otro resto de estos usos de cuyo con valor demostrativo en la expresión en cuyo caso, que se documenta abundantemente desde el primer tercio del siglo xviii: «Yo temí que, después de todo, no fuera mi madre, en cuyo caso solo me cabía esperar de ella una buena tunda» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); «Puede que me quede, […] en cuyo caso tendré que andar con cuidado» (Solares Minutos [Méx. 2006]). Aunque debido a su extensión y a sus antecedentes clásicos no se censura su empleo, se recomienda igualmente usar en su lugar un demostrativo: en ese caso, en tal caso; o los relativos (el) que o el cual: caso en (el) que, caso en el cual.

1.5. Son incorrectos los casos en que, por no estar expreso en el contexto precedente o quedar muy lejos, el antecedente de cuyo se incluye como complemento del nombre al que cuyo modifica: ⊗‍«Vidal describió, además, a la familia tipo, según los datos, en la que el padre es albañil, la madre dependienta y cuya aspiración profesional del niño es ser deportista» (Escolar [Esp.] 12.9.2008); debió redactarse de otra manera: … y el niño tiene la aspiración profesional de ser deportista.

1.6. Es hoy raro y exclusivamente literario el empleo de cuyo como atributo en oraciones con el verbo ser: «Dejemos la palabra a José Gómez Robleda, cuyas son las siguientes proposiciones» (Aguirre Antropología [Méx. 1986]); lo normal es usar de quien, del cual o del que.

1.7. No se considera correcto el uso de cuyo precedido de artículo y sin sentido posesivo, como mero equivalente de el/la cual: ⊗‍«Recorrían la Ciudad provistos de teas con las cuyas incendiaban todo aquello que llevara motor o goma» (Grande Fábula [Esp. 1991]); debió decirse con las cuales incendiaban. Tampoco el uso en que cuyo, desprovisto asimismo de valor posesivo, modifica a un sustantivo que repite su antecedente: ⊗‍Consiste en una nueva manera de investigar estos movimientos migratorios, cuya manera se caracteriza por su rigor empírico.

1.8. en cuyo caso.1.4.

2. La forma cuyo es también un sustantivo masculino con el que se designa al conejillo de Indias en ciertas zonas (→ cuy). Aunque es palabra tónica, se escribe sin tilde de acuerdo con las reglas generales de acentuación, pues es llana y termina en vocal: «A Mariana debieron escrutarle varias veces cada parte de su cuerpo como a un cuyo de laboratorio» (Maldonado Teoría [Méx. 2012]).

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
Diccionario panhispánico de dudas (DPD) [en línea], https://www.rae.es/dpd/cuyo, 2.ª edición (versión provisional). [Consulta: 29/03/2024].

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